OrigiReto 2020, Diciembre: La nave del amor: «El Satelario»

Este relato es una parodia de la célebre serie «vacaciones en el mar» o «el crucero del amor» como era conocida en América.

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La Nave del Amor: El Satelario.

«Amor: Excitante y nuevo.

Ven a bordo, te estamos esperando.

El amor es como una dulce recompensa.

Déjalo flotar, flota hacia ti.

Pronto zarparemos de nuevo, prometiendo algo a todos los pasajeros:

Un viaje de aventuras lleno de romances.

¡BIENVENIDOS A BORDO DE LA NAVE DEL AMOR!»

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Así se anuncian los vuelos de la nave transespacial Princesa del Zensou. Una nave crucero de lujo que transporta a los pasajeros desde el planeta Ratio hasta su satélite Innoh.

En cubierta, el sobrecargo Goffa Esmiz, la directora del crucero Yuli Makkoi y el médico de a bordo Dok Brikkah reciben a los pasajeros que están embarcando.

Es la víspera del paso del cometa X+, un cometa que anualmente es visible desde el planeta Ratio, todo un espectáculo para la vista. La cola del cometa brilla con colores rojos y verdes iluminando el cielo. Verlo desde la nave es una experiencia única que pocos se quieren perder. A los niños se les dice que un ser mágico vuela en el cometa y les deja regalos a los pies de la cama si se portan bien. La cubierta está decorada con guirnaldas rojas y verdes. Hay dibujos y figurillas del ser mágico por todas partes. En esa época del año, la nave está más hermosa que nunca.

El capitán de la nave, Meril Eschubin, baja por una de las escaleras y se acerca a su tripulación.

—¿Faltan muchos pasajeros por embarcar? —pregunta a sus subordinados.

—No, señor, apenas una docena —responde Yuli.

—Mirad a la diosa que está entrando en la nave —añade el capitán.

Una exuberante mujer entra en la nave. Es alta, con el cuello muy largo y con las aletas sin coser. Tiene los tentáculos plateados, largos, resplandecientes y tan flexibles que ondulan a su paso. Los ojos son grises, enormes y brillantes. Tiene la boca fina y los colmillos romos. Su atuendo es sorprendentemente desaliñado. Viste ropa holgada y pasada de moda. Los colores y los estampados no combinan entre sí. No lleva ni una sola escama en la cara, pero a pesar de ello, todos los hombres de la sala se la quedan mirando embobados.

—Menuda belleza… —dice el médico Dok Brikka

—Yo la vi primero —responde el capitán.

—Donde hay capitán no manda marinero —responde el médico.

Ambos son conocidos por su reputación de mujeriegos. El doctor se ha casado cuatro veces y otras tantas se ha divorciado.

—Buenos días, señorita, soy el capitán Eschubin.

—Buenos días capitán, formo parte del grupo de la compañía Qanal.

—¿Es usted Blish? —pregunta Yuli.

—Esa soy yo.

—Sus compañeros la esperan en el camarote. Cubierta promenade, camarote número 113.

—Yo la acompañaré —añade el capitán —, no quiero que se pierda en esta nave tan grande.

—Es usted muy amable… —le responde ella con una sonrisa.

Mientras habla con el capitán camina hacia atrás para buscar la maleta que ha dejado detrás de ella y, en eso, se choca contra otro pasajero. Es un hombre alto y moreno. Tiene los tentáculos negros y brillantes, y la tez oscura. Sin duda es satelario.

—Disculpe —dice Blish.

—No hay nada que disculpar —responde el desconocido.

—¿Nos vamos? —pregunta el capitán ofreciéndole el brazo. Blish lo acepta y sale con él, sin dejar de girarse para ver al satelario de nuevo y ofrecerle una sonrisa.

—Buenos días, caballero, soy Dok Brikka, el médico de a bordo —le dice al satelario.

—Pues dígame doctor, ¿que le recetaría a un hombre locamente enamorado?

—Un preservativo —le dice el médico antes de alejarse.

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En el camarote, Blish se reúne con su compañera Noon.

—Pedazo de nave —dice tirándose en la cama.

—Es preciosa, ¿verdad? —responde su amiga mientras ordena la ropa en el armario.

—Me pregunto cuánto combustible será necesario para llegar hasta Innoh. ¿Has estado alguna vez?

—No, nunca. —responde su amiga.

—Yo tampoco. Dicen que es precioso. Y que te mueves más ligera.

—Tiene lógica puesto que la gravedad es menor —añade Noon —. ¿No vas a vaciar la maleta? Luego tendrás toda la ropa arrugada.

—Eres peor que mi madre. Estamos de vacaciones.

Se levanta y empieza a sacar prendas que pone en el armario de cualquier manera.

—Por cierto, cenamos en la mesa del capitán esta noche.

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El comedor lo han decorado exquisitamente para la cena. Hay velas y flores en cada mesa. La del capitán está al lado del ventanal más amplio y, desde él, hay unas vistas fantásticas del espacio. Las estrellas brillan como nunca.

Blish y Noon se acercan y toman asiento. Blish está al lado del capitán.

—Buenas noches a todos —saludan las chicas.

—Buenas noches, me alegro de que esta vez hayamos tenido un encuentro menos doloroso —dice una voz frente a ella.

Levanta la vista y descubre al satelario con el que chocó antes.

—Mi nombre es Mecooh Qorg.

—Blish Naimi y ella es Noon Camih. ¿Eres de Innoh?

—Sí, pasé una temporada en Ratio por negocios y, ya que tenía que volver a casa por estas fechas, he decidido volver a lo grande.

—Para nosotras es la primera vez que iremos a Inooh —dice Blish.

—Pues entonces seré vuestro guía, si os parece bien.

—Estaremos encantadas, ¿verdad, Noon?

—Claro —responde su amiga —. Aunque algo me dice que voy a sobrar en la ecuación —susurra entre dientes.

Blish y Mecooh entablan una conversación larga y fluida, y aunque otros comensales, entre ellos el capitán, intentan formar parte de ella, enseguida notan que sobran.

Al acabar la cena van a dar un paseo por la cubierta. Noon se une al grupo de la compañía Qanal, pero Blish prefiere pasear con su nuevo amigo.

Durante el paseo, Mecooh le cuenta cosas de Inooh, su lugar natal, de sus costumbres, sus paisajes, sus gentes. Le explica que para ellos la llegada del cometa X+ es un acontecimiento romántico que se suele celebrar en pareja, aunque él nunca la haya tenido en esas fechas y por tanto nunca la ha celebrado. Este año será la primera vez que lo celebre de la manera planetaria.

A Blish no se le escapa el detalle de que está soltero.

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A la mañana siguiente después de desayunar, Blish se encuentra en el bar de la cubierta fiesta con su mejor amigo Agah.

—Dichosos los ojos —le dice este al verla.

—Bah, no te pongas celosón.

—¿Qué tal lo pasaste anoche?

—Muy bien —responde ella con una sonrisa en la cara—. Mecooh es un chico muy interesante.

—¿Qué deseas tomar? —pregunta el barman Aisak Guosinton al acercarse.

—Pues, no sé, ¿qué me recomiendas?

—¿Te gustan las frutillas de Kumanda? —pregunta Aisak.

—Mucho.

—Pues te voy a hacer un cóctel que te va a entusiasmar.

Aisak se pone manos a la obra y Bak, el compañero de camarote y oficina de Agah se une a ellos.

—Aquí tiene la señorita, un cóctel espina dulce —le dice entregándole un cóctel rosa con una frutilla de Kumanda flotando.

—Perdona —interrumpe Bak—, eso no es un cóctel espina dulce, los espina dulce llevan kallisto y unas hojas de materina.

—Te equivocas, esto es un espina dulce. No solo da la casualidad de que soy de Kumanda, de donde es originario el cóctel, sino que, además, estudié en la escuela de hostelería de allí y así es como lo preparamos.

—Bueno, estoooo, no, sí, Bak, no, bueno sí…

Blish y Agah apenas pueden contener la risa al ver a su compañero de trabajo balbuceando sin saber qué decir. Le pasa a menudo lo de meter la pata al pretender ser más papista que el papa y hablar de lo que no sabe.

—Bak —le dice Blish aún soltando una risilla —, Noon te estaba buscando antes.

—Si es que la tengo loquita —dice orgulloso—. ¡Nos vamos de coseeeechaaaa!

—¿Nos vamos de cosecha? —pregunta extrañado Aisak— ¿Esa no era la coletilla de…?

—Sí, del segador de fortuna, el cómico del año de la primera explosión —responde Agah.

—Nos tiene fritos en el trabajo imitando al segador —añade Blish.

—Por cierto, ¿en seri Noon lo estaba buscando? —le pregunta Agah.

—No, ¡que va! Pero así lo tenemos un rato entretenido buscándola. Noon se ha ido al spa. Tiene toda la mañana reservada entre baños y masajes —se ríe Blish.

Sus acompañantes se unen a las risas.

—¡Cantinero! —llama una voz y Aisak se marcha para atender.

—No me has contado nada del chico de anoche —le dice Agah a Blish.

—No hay mucho que contar. Es satelario, ¿sabes? Es muy simpático y se ríe mucho. He visto unos dulces «susurros de Vannuesho» en la tienda de la nave y de la marca que más me gusta. Me parece increíble que los vendan aquí. Había pensado comprárselos a Mecooh, por si no los conoce, pero la caja es así como muy romántica. Bueno, más bien cursi y hortera.

—Bueno, se la puedes dar diciéndole que no se piense nada raro, que se los has comprado porque son muy buenos, que no es que quieras nada con él.

—Es que ese es el problema. Que creo que sí quiero algo con él —aclara Blish.

Agah se pone muy serio y la mira desconcertado.

—Dichosos los ojos —dice una voz a su espalda.

—¡Mecooh! ¡Qué alegría verte! ¿Que tal has pasado la noche?

—Me he sentido un poco solo en ese camarote tan vacío —le dice a Blish mientras se sienta a su lado—. ¡Camarero! Póngame un vaso de gestrol.

Los tres se ponen a hablar de los trabajos que hacen. Blish y Agah trabajan en una empresa de publicidad y Mecooh es iluminador en una compañía de animación.

—El Señor Agah Danuef preséntese en la sala de comunicaciones. Tiene una conferencia desde Tebea.

—Esa debe ser Yuloa. Si me disculpáis —dice Agah despidiéndose.

—Yuloa es su prometida —le explica Blish a Mecooh.

—Ya veo. Pensaba que quizá era tu pareja.

—Oh, no, yo no estoy con nadie.

—Me encantaría solucionar eso —añade Mecooh mientras bebe un sorbo de su copa.

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Después de comer juntos, Blish y Mecooh deciden dar una vuelta por la nave. Las vistas son sobrecogedoras. El espacio es tan amplio que da vértigo mirarlo.

Pasan por al lado de un cartel que anuncia un concurso de canto esa misma noche. El premio es pasar la noche del cometa en la suite más lujosa de la nave, que tiene el techo de cristal y se puede ver pasar el astro con toda claridad.

—¿Nos apuntamos? —pregunta Blish, emocionada.

—Ni hablar, canto fatal.

—Pues yo sí que me voy a apuntar. Y quien sabe, igual hasta comparto el premio contigo —le dice acariciándole la solapa de la chaqueta.

Mecooh la toma de la cintura y la besa en la boca. Le da un beso suave, delicado y muy dulce.

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Después de la cena, empieza el concurso de canto. Blish ha elegido una canción de «Da Birols» un grupo muy famoso, pero muy pasado de moda. Sube al escenario y empieza a sonar la música. Blish se hace enseguida con el público. Su voz no es la más bonita, pero le pone pasión. Se mueve por el escenario como pez en el agua. Sus bellos tentáculos bailan al ritmo de la música y su vestido vaporoso y anticuado parece que estuviera vivo siguiendo los movimientos del baile.

Cuando todos los participantes han terminado, el capitán Eschubin anuncia el fallo del jurado (compuesto exclusivamente por él).

—La ganadora es…. —empieza dejando una pausa de suspense —¡Blish Naimi!

Blish sube al escenario gritando de alegría.

—Muchas gracias, Capitán —le dice antes de darle un abrazo y de recoger el pequeño trofeo que le entrega.

—¿Sabes? Es tradición compartir el premio con el capitán de la nave —le dice en un susurro.

—Lo tendré en cuenta, pero yo no suelo seguir mucho las tradiciones —dice antes de bajar del escenario.

El sobrecargo Goffa y el médico se acercan al capitán.

—Confiéselo, capitán, ha amañado el fallo, ¿verdad?

—¿En serio me creéis capaz de hacer algo así? —responde indignado.

—Capitán, usted se disfrazaría de su madre, para engañarla y que le abriera la puerta de su camarote —añade su subordinado.

Blish va directa hacia Mecooh y se lanza a sus brazos.

—¡He ganado! vamos a celebrarlo de la manera más antigua.

—¿Y cuál es esa? —pregunta él.

—¡Bailando!

Van a la pista de baile y se ponen a bailar una canción lenta muy abrazados.

—Se me está ocurriendo otra manera más antigua de celebrarlo —dice Blish.

—A mi también —responde él.

Blish se separa un poco para mirarle a los ojos y le dice:

—¿En tu camarote o en el mío?

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A la mañana siguiente, el capitán está de un humor de perros.

—Buenos días, capitán —lo saluda Goffa.

—Serán para ti —responde huraño—. No me puedo creer que prefiera al satelario. ¡Yo soy el capitán de la nave!

—Tiene que reconocer que es un chico muy guapo y muy simpático —añade Yuli—. Además, no sé a qué viene esa obsesión con ella, capitán. Es muy guapa, sí, pero no se sabe sacar partido.

—Yuli, los hombres no somos tan superficiales, somos capaces de ver más allá de la ropa —dice el capitán ofendido.

—Sí, claro, a la mujer desnuda que hay debajo —responde Yuli con hastío.

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Es el día del paso del cometa y todo el mundo está muy animado. La nave está más preciosa que nunca. Durante todo el día hay actividades para los pasajeros.

Cuando empieza a hacerse visible el cometa, Blish y Mecooh van a la suite especial. Allí les han servido una cena para dos y está decorada con guirnaldas y motivos verdes y rojos.

El cometa se hace visible y ellos lo miran tumbados en una mullida alfombra a través del techo acristalado del camarote. La habitación queda inundada de las luces rojas y verdes de su cola. El espectáculo es asombroso. Blish le da una caja de dulces a Mecooh diciéndole:

—Son mis dulces preferidos. Lo siento, no he sabido comprarte nada mejor.

—Es el mejor regalo del mundo, porque es el primero que me haces. —Y sacando un pequeño paquete le dice—: Espero que el mío este a la altura.

Blish lo abre y dentro hay un brazalete de compromiso.

—Desembarca conmigo en Inooh —le dice mientras se lo pone—. ¿Quieres casarte conmigo?

—Sí —responde ella echándose a sus brazos.

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La nave llega a Inooh y Blish y Mecooh se despiden de todos para empezar una nueva vida en común. Aún no han decidido dónde vivirán, pero no pueden esperar a casarse. Tienen pensado celebrar una boda en el satelite y otra en Ratio. Los compañeros de trabajo de Blish están muy contentos por ella, pero desean en silencio que no se vaya tan lejos.

—Muchas gracias por todo, capitán —le dice Blish tras acercarse a él.

—Ha sido un placer. Te deseo toda la felicidad del mundo junto al satelario.

—Yo me encargaré de que así sea —le responde Mecooh antes de abrazar y besar a la chica.

Se despiden del resto de la tripulación y salen de la nave rumbo a Inooh.

FIN

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Antes de que digáis que es una absurdez que se casen sin apenas conocerse os digo que es parte de la parodia. En la serie, siempre desembarcaban con alguien comprometiéndose con otro pasajero al que acababa de conocer.

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Objetivo mensual: 6.- una historia en el espacio

Objetivo secundario: L.- el lobo y los 7 cabritillos

Criaturas del camino: VIII.- alienigenas

Objetos ocultos: 2.- preservativo y 6.- combustible

Objetivo personal: ganar 10 op cada mes.

Objetivo personal secreto: que cada relato tenga un estilo completamente diferente.

Salvavidas: 60/60

Bendiciones: 12/12

Ardillita previsora: 24/24

Docemiles: 3/3: 2020 palabras (ahora tiene más porque lo he alargado)

Molarmola:4/4

Sororidad: 2/2

Doble dragón: 2/2

Y con este relato decimos adiós al OrigiReto 2020.